Albert
Einstein, reconocido físico alemán,
pronunció una vez la frase: “Hay dos
cosas infinitas: el universo y la estupidez humana y del universo no estoy
seguro” El hombre se hace estúpido porque
realiza actos que le dañan. A veces, cree poseer la verdad absoluta. y
por lo tanto, el raciocinio del otro no tiene importancia. Cree estar en lo cierto y resulta que está
aplicando la igualdad 1+1=3
Einstein, en
el artículo “Mi credo” (1932), sostiene que está en contra de cualquier nacionalismo,
incluso en forma de mero patriotismo. Si partimos de una de las definiciones de la Real
Academia Española que sostiene que “el nacionalismo es la ideología que
atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos”, entonces,
los que no forman parte del territorio se les llama extranjeros y se
despotrica de ellos argumentando que traen su cultura a nuestra tierra. Y es que acaso los españoles no hicieron lo
mismo cuando llegaron a América. Qué
tiene de perjudicial que vengan a nuestro país, americanos o africanos, que por
mala fortuna viven en territorios que no producen petróleo. Sin ir muy lejos,
dentro del mismo país hay racismo cuando los maracuchos se creen mejores que
los caraqueños y viceversa. Qué importa en qué estado naciste, igual eres
venezolano. Acaso todos no somos seres humanos, hijos de Dios, Qué hay con la solidaridad humana y el amor a
nuestros semejantes. Jesús dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Observa que
la frase dice prójimo, no andino ni
colombiano.
Igualmente, la
religión es otro causante de la idiotez humana. Primero, los cristianos fueron
perseguidos y convertidos en mártires.
Luego, estos persiguieron a los
protestantes y los condenaron a la hoguera.
Cuántos no murieron en las Cruzadas o Guerras Santas. Cuántas
discusiones habrá en hogares en los que la pareja no comparte la misma creencia. Y, que hay de aquellos fanáticos que maldicen
y tratan con desdén a sus semejantes
solo porque no practican la misma religión. Todo en nombre de Dios. Pero, Dios es amor y no creo que esté de
acuerdo con esto.
Evidentemente,
las guerras auspiciadas por líderes mundiales que no saben resolver sus
conflictos por medios pacíficos, causan la muerte de millones de personas dejando en
la desolación a madres, hijos y esposas. Ninguno quiere ceder. Pero,
esto se observa también en la sociedad de un país, en los partidos
políticos en donde no hay tolerancia y en consecuencia permanece el odio
exacerbado hacia los que no practican la
misma línea política.
. La vanidad va de manos con el
consumismo. Compramos el plasma, ahora
queremos el blu ray, y queremos un auto más moderno, y somos exitosos porque
tenemos más. Nos va mejor. Aquel es un fracasado. Mientras más tengo más valgo. Pocos comparten con el necesitado, incluso
con sus hermanos. Aun teniendo no puedo
dar porque entonces tendré menos. Honoré de Balzac, escritor francés (1850),
dijo: “Hay que dejar la vanidad a los
que no tienen otra cosa que exhibir”.
El hombre se
angustia porque quiere tener y tener sin saber que en cualquier momento
morirá, y no se podrá llevar nada a lo que no se sabe
si existe: El cielo o el infierno. Nos vamos a morir. La muerte es irremediable. Tarde o temprano
nos enterrarán debajo de la tierra y nuestro cuerpo será comido por gusanos.
Si esto es así, porque perdemos tiempo en estupideces. Tratemos de ser felices por cada día vivido.
Demos gracias a Dios porque aún estamos vivos.
En el planeta “Tierra” cabemos todos.
El miedo
también es necedad. Vivimos con miedo a
las enfermedades, a la soledad, a la muerte.
Muchos se atormentan sin necesidad.
Anticipan lo peor. No obstante, el
sufrimiento humano hace que nos acerquemos a Dios en busca de consuelo para
calmar nuestros miedos.
En fin, la
estupidez humana no tiene fin. El nacionalismo, la religión, las guerras, la
vanidad y el miedo a la muerte hacen que
seamos estúpidos. El hombre por naturaleza es estúpido. Sin embargo, esa estupidez merece
misericordia y un trato humano porque a veces no es su culpa, es que no se da
cuenta y no sabe vivir de otro modo. Cuando nos damos cuenta que somos
estúpidos nos vemos con amor porque no
podemos ser jueces implacables. El ser
humano también puede ser noble y solidario aunque siga cometiendo actos estúpidos.
DILCIA
ESPINOZA
Oye Excelente Tema !!
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