jueves, 5 de febrero de 2015

LA ESTUPIDEZ HUMANA



            Albert Einstein,  reconocido físico alemán, pronunció  una vez la frase: “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana y del universo no estoy seguro”  El hombre se hace estúpido porque realiza  actos que le dañan.  A veces, cree poseer la verdad absoluta. y por lo tanto, el raciocinio del otro no tiene importancia.  Cree estar en lo cierto y resulta que está aplicando la igualdad  1+1=3

Einstein, en el artículo “Mi credo” (1932),  sostiene   que está en contra de cualquier nacionalismo, incluso en forma de mero patriotismo. Si  partimos de una de las definiciones de la Real Academia Española que sostiene que “el nacionalismo es la ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos”,  entonces,  los que no forman parte del territorio se les llama extranjeros y se despotrica de ellos argumentando que traen su cultura a nuestra tierra.  Y es que acaso los españoles no hicieron lo mismo cuando llegaron a América.   Qué tiene de perjudicial que vengan a nuestro país, americanos o africanos, que por mala fortuna viven en territorios que no producen petróleo. Sin ir muy lejos, dentro del mismo país hay racismo cuando los maracuchos se creen mejores que los caraqueños y viceversa. Qué importa en qué estado naciste, igual eres venezolano. Acaso todos no somos seres humanos, hijos de Dios,  Qué hay con la solidaridad humana y el amor a nuestros semejantes. Jesús dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.  Observa que  la frase dice prójimo, no andino ni  colombiano.

Igualmente, la religión es otro causante de la idiotez humana. Primero, los cristianos fueron perseguidos y convertidos en mártires.  Luego, estos persiguieron  a los protestantes y los condenaron a la hoguera.  Cuántos no murieron en las Cruzadas o Guerras Santas. Cuántas discusiones habrá en hogares en los que la pareja no comparte la misma creencia.  Y, que hay de aquellos fanáticos que maldicen y tratan con desdén a  sus semejantes solo porque no practican la misma religión. Todo en nombre de Dios.  Pero, Dios es amor y no creo que esté de acuerdo con esto.

Evidentemente, las guerras auspiciadas por líderes mundiales que no saben resolver sus conflictos por medios pacíficos,  causan  la muerte de millones de personas dejando en la desolación a madres, hijos y esposas. Ninguno quiere ceder.  Pero,  esto se observa también en la sociedad de un país, en los partidos políticos en donde no hay tolerancia y en consecuencia permanece el odio exacerbado  hacia los que no practican la misma línea política.
.  La vanidad va de manos con el consumismo.  Compramos el plasma, ahora queremos el blu ray, y queremos un auto más moderno, y somos exitosos porque tenemos más. Nos va mejor. Aquel es un fracasado.   Mientras más tengo más valgo.  Pocos comparten con el necesitado, incluso con sus hermanos.  Aun teniendo no puedo dar porque entonces tendré menos. Honoré de Balzac, escritor francés (1850), dijo:  “Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir”.

El hombre se angustia porque quiere tener y tener sin saber que en cualquier momento morirá,  y  no se podrá llevar nada a lo que no se sabe si existe: El cielo o el infierno. Nos vamos a morir.  La muerte es irremediable. Tarde o temprano nos enterrarán debajo de la tierra y nuestro cuerpo será comido por  gusanos.  Si esto es así, porque perdemos tiempo en estupideces.  Tratemos de ser felices por cada día vivido. Demos gracias a Dios porque aún estamos vivos.  En el planeta “Tierra” cabemos todos.

El miedo también es necedad.  Vivimos con miedo a las enfermedades, a la soledad, a la muerte.  Muchos se atormentan sin necesidad.  Anticipan lo peor.  No obstante, el sufrimiento humano hace que nos acerquemos a Dios en busca de consuelo para calmar nuestros miedos. 

En fin, la estupidez humana no tiene fin. El nacionalismo, la religión, las guerras, la vanidad y  el miedo a la muerte hacen que seamos estúpidos.   El hombre por naturaleza es estúpido.  Sin embargo, esa estupidez merece misericordia y un trato humano porque a veces no es su culpa, es que no se da cuenta y no sabe vivir de otro modo. Cuando nos damos cuenta que somos estúpidos nos vemos con amor  porque no podemos ser jueces implacables.  El ser humano también puede ser noble y solidario aunque siga cometiendo actos estúpidos.



DILCIA ESPINOZA

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