jueves, 5 de febrero de 2015

MENSAJE PARA LA JUVENTUD


MENSAJE PARA LA JUVENTUD

              Desde estas tinieblas les escribo.  Donde nadie quiere a nadie, donde toda la esperanza se puede perder. Sitio donde difícilmente encontremos amigos, donde se sufre,  añora y se valora la libertad. Es aquí donde muchos casi niños, jóvenes y viejos están arrepentidos por no haber atesorado lo más bello de su vida, la familia.  Como quisiera explicarles personalmente esta situación, donde mis deseos es que nadie esté, ya que es una desgraciada experiencia que hace hasta perder la novia, la esposa, la madre y amigos.  Dificulto que ustedes se imaginen como son estos lugares del horror. 

Muchos creemos que cuando se está en libertad el brazo de la justicia si estamos cometiendo delitos nunca llegará a nosotros. TREMENDO ERROR.  Yo también lo creía así, me sentía el más malandro, el más duro, el más fuerte.  Creía que me la sabías todas.  No había consejos para mí ya que los desechaba, pero que errado estuve perdido en este mundo de tinieblas.

     Hoy, estas son las consecuencias, sufrir y sufrir, llorar y llorar y nadie diga que los hombre no lloran porque aquí si se llora, aquí me veo y aquí los veo con tremendo sabor amargo cuando debiéramos estar gozando de lo dulce y divino que brinda el ser libre. Aquí nos vemos pidiéndoles a nuestros  familiares que nos ayuden en sin igual atolladero, para salir de estas penumbras. Es aquí donde recordamos los consejos de nuestros padres, hermanos, familiares y amigos. Nunca les oímos sus buenas intenciones para que fuésemos rectos.

     Así, que estimados niños, adolescentes, adultos y viejos, de corazón se los expreso, “No hay como la familia, el estudio”.  Todo esto junto te formará para el bien, para que en un futuro no aparezca en una página periodística, como ladrón, como antisocial. Sino, como ejemplo digno de una Sociedad que te apoyará para que saborees lo divino de la prosperidad.  Creo, que eso si es vida, estudiar y estudiar para ser libres de toda maldad.

     Fíjense, ya casi tengo siete años sufriendo en estas maldiciones donde nade es bello, no existe  el respeto a la vida, donde la existencia se puede perder en un segundo por nada, por no amar los aires de la libertad, así es que queridos hijos, amigos y hermanos sean bondadosos, buenos hermanos, buenos hijos, buenos amigos y notarán  que mi Dios y la Providencia los protegerá siempre. Actúen con amor  hacia el prójimo, hacia la humanidad.

     Bueno, me despido buscando que mi consejo retumbe en sus sentidos y mi Dios los ilumine por siempre.  De ustedes su seguro servidor y amigo, que  añora la libertad para disfrutar de todo lo hermoso que nos da la vida, para edificar, para hacer el bien.




JULIAN REVETTE

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